lunes, 14 de septiembre de 2009

1/3 - Capítulo 3: Hermanos


Después de descansar un momento, nos dimos cuenta de que no habíamos notado un camino de piedras blancas atravesando el campo. No teniendo idea de qué haríamos ahora que habíamos escapado, decidimos seguir el camino.

Poco a poco dejábamos atrás el campo, mientras encontrábamos pequeñas casas deshabitadas de vez en cuando. Aunque cada vez se veían más estructuras, incluyendo puentes que cruzaban un par de arroyos, varios molinos de viento y algunas casas más, no llegamos a ver a una sola persona en el camino, ni tampoco había señales de que hubiera habido gente cerca en un buen tiempo. Nos detuvimos a descansar un momento en una de las casas que se encontraba abierta.

-Nei: Otra… ¿Cuántas van?

-Gen: Nueve.

-Kai: Nueve casas vacías… ¿es que no hay ninguna persona en esta zona?

-Gen: Tal vez más adelante, cada vez se ven más edificios.

-Kai: Pero mira cómo están estas casas… todas viejas y sucias… es una lástima, alguien podría vivir aquí, es un lugar bonito.

-Gen: Es cierto, parece bastante tranquilo también.

-Kai: ¡Deberíamos quedarnos con una de estas casas abandonadas y hacerla nuestra!

-Nei: Siento como si ya hubiera estado aquí.

Kai y Gen se me quedaron viendo.

-Kai: ¿En un sueño?

-Nei: No sé. Sólo me da esa impresión… siento haber estado aquí, con ustedes, hace mucho tiempo…

-Gen: Tal vez estuvimos… aun no sabemos nada de nuestro tiempo antes de…

-Kai: …despertar.

-Nei: Esa era una de las razones por las que quería salir. Quiero recordar lo que fuimos antes. Siento que estuvimos aquí, así que tal vez sea un buen lugar para empezar a buscar. Tal vez por eso nos traje a esta zona sin saberlo…

-Kai: Eso podría ser… hay que seguir buscando… ¡Si alguna vez existimos en este lugar, tal vez alguien nos recuerde!

-Gen: Cierto. ¿Vamos, Nei?

-Nei: Sí…

Aunque siento que hemos estado por aquí antes, esto no se siente cómodo… no se siente bien… siento algo parecido a cuando estuvimos en aquellas instalaciones… dios, eso fue apenas hace unas horas, pero siento como si hubieran pasado meses, por aquel sueño de la luna…

Cuando empezábamos a movernos, me detuve un momento mirando a Kai. Ella se dio cuenta de que la miraba.

-Kai: ¿Pasa algo, Nei?

-Nei: No… vamos.

Mei… ella era Kai… estoy segura… y también estoy segura de que yo era Rai… entonces… Kai y yo… nosotras…

-Kai: ¿N-Nei…?

-Nei: ¡¿Qué es?!

-Kai: Ah… nada…

-Gen: ¿Pasa algo?

-Kai, Nei: ¡No, nada!

-Gen: Ah… bueno…

Seguimos nuestro camino, pero yo seguí pensando en ello. Comenzaba a atardecer.

Kai puede sentir intenciones… ¿se habrá dado cuenta de que estaba pensando en ella? Rayos, ese sueño no me va a dejar en paz por un buen tiempo… pero, no hay manera de que haya sido un recuerdo… después de todo, en ese sueño, las dos morimos… besándonos…

Kai me volteó a ver de nuevo, con una mirada extraña, como si le hubiera dicho una mentira totalmente obvia.

¡Demonios, necesito dejar de pensar en eso ya!

-Nei: Oigan… ¿qué creen que hayamos sido antes?

-Kai: …

-Gen: ¿Mmh? No lo sé… yo pienso que alguna vez hice música… al menos me gusta imaginarlo.

-Nei: ¡Ah! Eso estaría muy bien…

-Gen: ¿Y tú?

-Nei: Yo…

Oh, no, solo puedo pensar en ese sueño… sólo puedo imaginar a Kai como Mei…

-Kai: ¡!

-Nei: ¡Aah, miren! ¡Ahí se ve alguien!

-Gen: ¡Cierto! ¡Sí hay personas aquí!

Vimos a un hombre de unos cuarenta años frente a un edificio que se veía un poco diferente de los demás, pues era más pequeño que las casas que habíamos encontrado, no tenía ninguna ventana y estaba rodeado por una cerca de metal oxidado, con una puerta del mismo metal rota en el suelo. Nos acercamos a él.

-Kai: Mmh… ¿hola?

-Hombre: ¡Ah! H-Hola… me asustaron…

Nos conectamos con Kai.

-Gen: Kai, ¿qué sientes?

-Kai: Curiosidad…

-Gen: Sí, pero qué sientes en este hombre…

-Kai: A eso me refería… este hombre siente curiosidad, y creo que no es por nosotros, sino por el lugar…

-Nei: ¿Por el lugar?

-Kai: No estoy segura…

El hombre se nos quedó mirando mientras nos comunicábamos, así que usamos la voz de nuevo.

-Kai: Mmh… buenos días.

-Hombre: Buenos días, señorita.

-Gen: Disculpe, ¿sabe si hay alguna aldea, pueblo o ciudad cerca?

-Hombre: ¡Ha, ha, ha! Claro, hay una “aldea, pueblo o ciudad” por aquí, yo vengo de ahí.

-Kai: ¿Podría decirnos dónde?

-Hombre: Por el camino de piedra, está justo del otro lado de esa colina. Ya estaban bastante cerca. No son de por aquí, supongo.

-Gen: No sabemos, señor…

-Hombre: ¡Ah, andan perdidos!

-Gen: No exactamente, verá-

Kai le puso la mano en el hombro a Gen y lo interrumpió.

-Kai: Sí, estamos perdidos.

-Hombre: Bien, yo ya terminé lo que vine a hacer aquí, puedo llevarlos al pueblo si quieren. Mi camioneta está del otro lado.

-Gen: ¿Camione-?

-Kai: ¡Gracias! ¡Sería de gran ayuda!

-Hombre: ¡Me llamo Fitz, a su servicio, señorita!

-Kai: Mucho gusto… nosotros somos Gen, Nei y yo, Kai. –Kai nos apuntó mientras decía nuestros nombres.

Subimos al auto y nos dirigimos al pueblo. Nos acomodamos Gen y yo en el asiento trasero y Kai en el de enfrente. Entonces Kai nos conectó de nuevo.

-Kai: Tienen que actuar con más naturalidad, no queremos que se arme un alboroto por nuestra culpa…

-Gen: ¿Naturalidad? ¿A qué te refieres?

-Kai: Ay, hermano… sólo trata de no decir cosas que a una persona normal le parezcan raras, como eso de que no sabemos de dónde somos…

-Gen: Ah… Ok. Lo intentaré entonces.

-Kai: Y Nei… sentí que te pusiste nerviosa… pero no tienes por qué tenerle miedo a esta persona, no tiene malas intenciones.

-Nei: No es eso…

-Kai: ¿Entonces?

-Nei: … sentí algo en ese lugar…

-Kai: ¿”Algo”?

-Gen: ¿Qué cosa?

-Nei: No lo sé… pero no me gustó para nada…

Nuestro chofer nos interrumpió de nuevo.

-Fitz: Y su amiga, ¿no habla?

-Kai: Ah, ¿Nei? Es un poco tímida…

-Fitz: ¡He! Ojalá allá en el pueblo hubiera mujeres como ella, casi todas las que conozco son muy mandonas, ¡incluyendo a mi mujer por supuesto!

-Kai: He, he…

El hombre se aclaró la garganta y escupió por la ventana.

-Fitz: Así que se separaron de su grupo y se perdieron, me dijiste, ¿verdad?

-Kai: Sí, señor, estábamos buscando a un amigo que se había separado antes, pero no lo encontramos. Se suponía que llegaríamos a un pueblo cercano…

-Fitz: Bueno, si su amigo siguió el camino, de seguro lo verán al rato. Aunque no he visto pasar a nadie por aquí.

-Kai: Y usted, ¿qué hacía en aquel lugar?

-Fitz: Sólo fui a tomar un par de fotografías del edificio.

-Kai: Ah… ¿tiene algo de especial ese lugar?

-Fitz: Claro que lo tiene. Ese edificio está maldito…

-Gen: ¿Maldito?

-Fitz: Sí, señor. A veces los que se acercan de noche dicen que ven a una muchacha muy pálida pasar por enfrente de la puerta, que de pronto hace mucho frío, y que la muchacha atraviesa una pared y se desaparece. Y los que no la han visto dicen que han escuchado voces que salen de ahí, en especial llantos, también de una mujer.

-Nei: …

-Fitz: Dicen que ese edificio nada más es una entrada, que en alguna parte hay una compuerta que lleva a una instalación bajo tierra donde hacían experimentos con la gente y cuando ya no les servían, los mataban…

Me puse más nerviosa cuando escuché todo lo que dijo esa persona. Kai me volteó a ver y Gen me tomó de la mano para calmarme.

-Kai: Suena terrible…

-Fitz: Ya llegamos, jóvenes. Bienvenidos a Valle Viento.

Por la ventana pude ver muchas casas parecidas a las que habíamos visto antes, pero esta vez había gente cerca. Había caminos de piedra por donde pasaban algunos autos y algunos niños montados en bicicletas. Además había una gran cantidad de molinos de viento funcionando. Fitz nos explicó que la electricidad que alimentaba a todo el pueblo se generaba en esos molinos. Habían aprovechado que siempre hacía viento en el lugar para tener energía renovable.

Casi era de noche cuando nos bajamos del auto frente a una casa, y vimos a una señora en la puerta.

-Fitz: Esa es mi esposa, Mariel.

-Mariel: ¡Te tardaste mucho!

-Fitz: Ya, ya, me encontré con estos muchachos que estaban perdidos y me distraje un poco.

-Mariel: ¡Ah! ¿Visitas? ¡Pásenle! ¡Les sirvo café!

-Gen: ¡Oh! ¡Muchas gracias, con mucho gusto!

Escuché a mis hermanos comunicarse por nuestro medio privado.

-Kai: Gen, no queremos involucrarnos demasiado, ¿recuerdas?

-Gen: ¿Qué no querías que actuáramos con naturalidad?

-Kai: Ah… Sí, pero…

-Gen: Tranquila, no tenemos ninguna prisa… además aunque acaba de anochecer, recuerda que cuando nos escapamos ya era de noche para nosotros. Estoy algo cansado y ustedes también deben estarlo ¿no?

-Nei: Sí… no me había dado cuenta, pero tengo sueño…

-Kai: … Es cierto…

Nos presentamos con la señora y pasamos a su sala, donde ella nos dio a cada uno una taza de café y algunas galletas.

-Mariel: Pues la verdad no he sabido de nadie más que llegue por aquí, y ni modo que hayan pasado sin que me diera cuenta, esta calle es la única entrada al pueblo y como casi nunca viene gente de fuera, todo mundo se entera.

-Fitz: Y para acabarla no hay teléfonos que sirvan en el pueblo, según iban a venir a arreglar la línea ahora pero parece que ya no llegaron.

-Kai: Cielos… ¿entonces qué haremos?

-Mariel: Miren, parecen buenos muchachos, pero si no tienen dinero no van a hallar dónde quedarse. Les ofrecería quedarse aquí pero pues no tenemos espacio más que esta sala…

-Gen: Nos gustaría aceptar esa oferta, no tenemos a dónde más ir… no podemos pagarle por el momento, pero no lo olvidaremos, se lo pagaremos…

-Kai: La verdad me estoy muriendo de sueño… no estamos acostumbrados a caminar mucho…

-Nei: Por favor…

-Fitz: ¡Ha, ha, ha! ¡Olvídense de pagar, se pueden quedar, sólo porque su amiga habló! En todo el camino tampoco dijo nada, ¿lo crees, mujer?

-Mariel: No me extraña, ni la has de haber dejado hablar.

-Fitz: Voy a traerles unas cobijas que tenemos por ahí, hay dos sillones así que ya sabemos quién va a dormir en el suelo.

-Gen: Claro, no dejaría que mis hermanas estuvieran incómodas si puedo evitarlo.

-Fitz: ¿Ah caray, a poco son hermanos? ¿Qué no andaban de la mano ustedes dos hace rato?

El hombre nos señaló a Gen y a mí.

-Kai: No somos hermanos, es que él nos cuida mucho y a veces nos llama así.

-Gen: K-Kai…

-Nei: Además no hay nada de eso entre nosotros…

-Gen: Ugh… Nei… cuánta frialdad al mismo tiempo…

Nos acomodamos para dormir y por fin, pudimos descansar un rato. Era poco más de media noche, cuando Kai, desesperada, despertó a Gen.

-Kai: ¡Gen, despierta, despierta por favor!

-Gen: Ah… ¿qué pasa?

-Kai: ¡Nei no está!

-Gen: ¿Qué?

-Kai: ¡Se fue! ¡Se fue a ese edificio maldito!

-Gen: ¿Pero, por qué?

-Kai: ¡No sé, pero puedo sentir que está en ese lugar, y que tiene muchísimo miedo, tenemos que ir por ella, ya!

-Gen: De acuerdo, deberíamos pedirle a Fitz que nos lleve en su auto, así llegaremos más pronto.

-Kai: Ay dios… no… no, no, no…

-Gen: ¿Qué pasa?

-Kai: Dejé de sentir a Nei… ¡dejé de sentirla!

-Gen: No tenemos tiempo. Voy a intentar llevarnos volando hasta allá, espero aguantarnos a los dos por tanto tiempo.

-Kai: ¡Sí, no importa que nos vean, tenemos que llegar pronto!

Salieron de la casa y Gen usó su habilidad una vez más. Esta vez, los dos se elevaron en el aire y salieron volando a gran velocidad hacia el edificio a las afueras del pueblo.

Yo me veía a mí misma como una chica un par de años menor, con el cabello corto y de complexión algo andrógina. Me encontraba en una habitación blanca, acostada en una camilla, cubierta únicamente con una bata blanca y con una lámpara sobre mí. A un lado, un hombre con anteojos y cubre boca se encontraba preparando una jeringa. De sólo ver la jeringa sentí nervios, pues recordé los experimentos que solían hacer conmigo y con mis hermanos en aquellas instalaciones. Me encontraba en aquella etapa por la que a veces pasaba en mis sueños, en la que no conocía nada de lo que veía y en lugar de eso recordaba mi vida real con mis hermanos. Por lo general pasaba poco tiempo antes de que me olvidara de Kai y Gen, y mi conciencia se viera invadida por recuerdos del “yo” de mi sueño, pero esta vez estaba tardando más de lo normal.

El hombre se me acercó con la jeringa en la mano y me dirigió la palabra.

-Sé que te lo hemos preguntado muchas veces, pero por regla, se nos exige preguntar una vez más, antes de comenzar el proceso. Recuerda que lo que haremos es completamente irreversible, y puede tener efectos no deseados. Aun así, ¿es esto lo que quieres?

No sé exactamente de lo que me habla… pero creo que comienzo a recordar… parte de mí está convencida de que vine aquí por mi propia voluntad, y de que esto es algo que necesito hacer…

-No me importan las consecuencias no deseadas, y estoy consciente de que el tratamiento es irreversible. Esto es lo que quiero. Estoy seguro.

Sí… creo que esto es lo que quiero… un momento… ¿“seguro”? ¿Soy un chico en este sueño? Pero me veo como una chica… ah… no lo entiendo por completo, pero… vine aquí por un tratamiento que me ayudaría a lograr algo que siempre he querido… y ahora lo tendré… Sí, esto es lo que quiero.

-Siendo así, te administraré una droga que te mantendrá inconsciente durante el proceso. Cuando despiertes, habrán pasado un par de días. Es importante que no intentes nada fuera de lo común en ese momento, y también que no desesperes si no detectas ningún cambio en tu organismo. Poco a poco aprenderás a controlarlo, ¿entiendes?

-Entiendo.

-Bien. En ese caso…

El hombre me inyectó la sustancia que tenía preparada en la jeringa, y sentí cómo todos mis sentidos se desvanecían poco a poco. Las siluetas se volvían difusas, los sonidos se volvían torpes e indistinguibles, y sentí como si mi cuerpo se derritiera.

-Dulces sueños. –alcancé a escuchar justo antes de que todo se volviera silencio y oscuridad, mientras olvidaba lo último acerca de mis hermanos.

Eran ya las cinco de la mañana y las luces de mi pequeña habitación de paredes grises se encendieron. Apagué el despertador y me envolví entre las sábanas de mi cama, negándome a comenzar el día. Pero minutos después, sonó la segunda alarma, y me levanté renegando.

Llegué a mi regadera, me quité la ropa y entré. Un momento después, escuché llegar a Led, nuestro hermano. Pronto se quitó la ropa y entró en su regadera, a un lado de la mía.

-Buenos días, Led. –Levanté la voz para que pudiera escucharme entre las regaderas.

-Hola, Gyo. ¿Qué dicen los sueños hoy?

-Mmmh… creo que no tuve ninguno esta vez, aunque podría recordarlo más tarde.

Apenas en ese momento me di cuenta de que no tenía jabón en mi regadera.

-Ten. –Dijo Led mientras me arrojaba una barra de jabón sobre la membrana que separaba nuestras regaderas.

-¿Cómo supiste que-?

-Ayer dijiste que ya casi no tenías. –Interrumpió mi pregunta.

-Ah… cierto…

-He, he… No puedes descuidar esa piel de niña…

Aunque me molestó un poco el tono de su frase, no me molestaron sus palabras, así que le seguí el juego.

-¿Eso es un cumplido?

-¡Por supuesto que lo es!

Un rato después nos encontrábamos con nuestra hermana en la sala de espera. Antes de entrar a las pruebas diarias. Ella usó su habilidad para conectar nuestros pensamientos, con lo cual no teníamos la necesidad de hablar.

-Hyu: Buenos días, Gyo, Led.

-Led: Buenos días, hermana.

-Gyo: Aaah… no es justo…

-Hyu: No me digas, es lo mismo de ayer, ¿verdad?

-Gyo: Es que…

-Led: Ah, hermano, no tienes remedio, ¿sabes?

-Hyu: Aunque tiene razón, mi ropa es mucho más bonita que la de ustedes.

-Led: Claro, nuestra vestimenta es para hombres, no tiene que ser “bonita”.

-Gyo: Hyu… ¿un día… un día me prestas un traje de los tuyos?

-Hyu: Ya te dije que no podemos hacer eso. Sí, sería divertido, y sí, probablemente te quedaría extraordinariamente bien, pero… con todas las cámaras… no quisiera que nos metiéramos en problemas…

-Gyo: Ah… odio mi ropa fea…

-Led: ¿Qué nos irán a hacer hoy?

-Hyu: ¿Quieres que te arruine la sorpresa?

-Led: Mmmh… mejor no… siempre suena peor de lo que es.

-Hyu: Lo que sí les puedo decir es que hoy viene Dwan.

-Gyo: ¿Nuestro padre?

-Hyu: Sí, leí la mente de algunas personas y parece que estaban preparándose para recibirlo.

-Led: Quiere decir que…

-Hyu: … probablemente, hoy sabremos un poco más sobre nuestros orígenes…

-Gyo: Cierto… será la primera vez que nos visite desde que aprendiste a ver los pensamientos…

-Hyu: Desde hace rato lo espero con ansias… parece que nos visitará en cualquier momento, antes de las pruebas habituales…

En ese momento entró a la habitación uno de los doctores que solían hacernos pruebas.

-Doctor: ¿Están listos?

-Led, Hyu: Listos.

-Gyo: Sí…

-Doctor: Muy bien, pero antes, hay alguien que quiere verlos…

Se abrió una puerta al fondo de la habitación, de donde entró Dwan, un hombre mayor, de unos sesenta años, a quien considerábamos nuestro padre, pues decían que gracias a él habíamos llegado a este mundo. Hyu nos desconectó para poder leer sus pensamientos.

-Dwan: Buenos días, jóvenes.

-Led: Buenos días, padre.

-Dwan: ¿Cómo se han sentido en estos días?

-Gyo: ¡Muy bien! ¡He tenido muchos sueños últimamente!

-Dwan: ¡Oh! Eso es bueno, quiere decir que te estás desarrollando.

-Led: Padre… ¿es posible que nos dejen salir, algún día de estos?

-Dwan: Claro que es posible. Pero necesitamos algo más de tiempo… entonces podrán salir y hacer lo que quieran.

-Led: Entiendo… es sólo que la espera…

-Dwan: Ten paciencia, Led. Recuerda que todo lo que hacemos aquí es para prepararlos para el mundo exterior. No olvides que ustedes representan la esperanza para nuestra especie. No podemos arriesgarnos a que algo allá afuera les resulte dañino. ¿Tú qué cuentas de nuevo, Hyu?

Hyu se quedó inmóvil, mirando con los ojos muy abiertos a Dwan.

-Dwan: ¿Hyu?

-Hyu: Perdón… creo que tengo algo de sueño… yo…

-Gyo: Hyu…

¿Qué cosa viste en sus pensamientos? Hyu…

-Dwan: ¿Qué sucede, Hyu?

Led y yo nos dimos cuenta de que Hyu estaba temblando, y además tenía la frente cubierta de sudor. También se veía más pálida de lo normal. Obviamente, estaba muerta de miedo.

-Dwan: … Dime…

Dwan le estuvo a punto de poner la mano en el hombro a Hyu, pero ella dio un paso atrás, anticipando su movimiento. Hyu recuperó el control por un momento, y nos conectó de nuevo.

-Hyu: Gyo, Led… Voy a compartirles lo que vi en la mente de Dwan… necesito hacerlo en este momento, porque él ya está sospechando de mí, y pronto va a tomar acción. Por favor, traten de no reaccionar como yo, no quiero que se dé cuenta de que podemos compartirnos pensamientos.

-Gyo: Hyu…

-Led: Hazlo.

Hyu nos mandó una serie de imágenes sacadas de la mente de Dwan. Todo lo que pude ver fueron imágenes de lugares en ruinas y casas destruidas. También un desierto en algún lugar perdido, con nada más que arena en todas direcciones. Luego vi una habitación oscura con una ventana muy arriba, niños enjaulados como animales, y luego, una persona con el cuerpo tan deformado que apenas era reconocible que alguna vez hubiera sido un ser humano. Pronto apareció otra persona en ese mismo estado, y luego más y más personas iguales…

En un parpadeo volví a ver el rostro de Dwan y las imágenes desaparecieron. Hyu volvió a hablarnos.

-Hyu: Quieren hacerme algo… en cuanto entre a las pruebas de siempre, me van a hacer algo para impedir que siga descubriendo cosas… no sé si me dejarán vivir, y la verdad no lo creo…

-Led: No… no podemos permitir eso…

-Gyo: Hyu…

Dwan nos interrumpió.

-Dwan: Bueno, creo que ya es hora de que inicien sus pruebas diarias. ¿Por qué no pasas tú primero, Hyu?

-Led: ¿En serio? Pero normalmente yo voy primero. Ya deben tener todo listo para mí…

-Dwan: Insisto en que pase tu hermana, se caballeroso, Led. Hyu, quisiera que te revisen, parece que estás enferma.

-Gyo: No…

-Dwan: ¿?

-Gyo: No voy a quedarme sin hacer nada…

-Hyu: Gyo…

-Dwan: Oh… entonces han avanzado más de lo que imaginé… y en direcciones que no hubiera imaginado, además. Bueno, ¿saben? Esto nos deja en una situación algo incómoda. ¿Cómo voy a evitar que usen esa habilidad para adivinar mis acciones y escapar?

-Hyu: ¡Cuidado!

Led empujó a Hyu y cayó al suelo luego de recibir el impacto de un arma que nunca antes habíamos visto, que cargaba un sujeto que se encontraba a nuestras espaldas. No se veían heridas en su cuerpo y no había una sola gota de sangre. Además el disparo había sonado como una descarga eléctrica.

-Hyu, Gyo: ¡Led!

-Hyu: ¡¿Qué le hicieron?!

Dwan sacó un arma parecida a la que le había disparado a Led, pero más pequeña, y le disparó a Hyu antes de que ella pudiera reaccionar o leer su mente, y ella cayó de inmediato al suelo.

-Dwan: No te preocupes, Gyo. Esta arma sólo los inmoviliza y los deja inconscientes un rato. Suficiente tiempo para regresarlos a los contenedores de donde los extrajimos en un principio. Cuando tengamos una defensa contra la habilidad de Hyu, los despertaremos de nuevo y veremos cómo lidiar con ustedes. Por mientras, dulces sueños.

Dwan me disparó con su arma, y eso fue lo último que supe hasta que volví a abrir los ojos. Me encontraba en un contenedor metálico, con un cristal a la altura de mi rostro. Frente a mí había varios monitores mostrando una serie de datos incomprensibles. Escuché la voz de Hyu en mi mente.

-Hyu: Gyo… ya despertaste, ¿verdad?

-Gyo: ¿Hyu? ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos?

-Hyu: No lo sé…

-Led: Gyo… menos mal, temía que te hubieran hecho algo peor que a nosotros…

-Gyo: Me dispararon con esa cosa…

-Hyu: Sólo nos paralizaron… pero ahora no podemos salir de aquí… tienen pensado ponernos a dormir…

-Gyo: ¿Dormir?

-Hyu: Sí… quieren congelarnos, hasta que sepan cómo evitar que lea sus mentes… es mi culpa…

-Gyo: No digas eso, hermanita…

-Led: Malditos… si tan sólo hubiéramos sabido antes… ¡Maldición! Pero saldremos de esto… saldremos… de alguna forma…

-Gyo: Tengo miedo…

-Led: Gyo…

Pude ver a Dwan a través del cristal que tenía en frente.

-Dwan: Vaya, qué mala suerte tienen de haber despertado los tres. No hubieran tenido que sufrir lo que está a punto de pasar. Por cierto… aunque no lo crean, ustedes han sido de utilidad. No volveremos a cometer el mismo error.

Empecé a sentir frío, cada vez más y más intenso. Pronto, todo mi cuerpo se sentía helado, y mis latidos se alentaban. El frío invadía hasta mis huesos, y empezaba a doler muchísimo. Hyu nos conectó por última vez

-Hyu: Ya no tengo fuerzas para leer su mente… apenas puedo conectarnos…

-Led: Sé que saldremos… y cuando lo hagamos, buscaremos la forma de escapar de este lugar…

-Hyu: Oye, Gyo…

-Gyo: ¿Mm…?

-Hyu: Cuando salgamos de esto… te prestaré uno de mis trajes ¿sí?

-Gyo: Hermanos… ya no tengo miedo, gracias a ustedes… si estoy con ustedes… sé que todo saldrá bien…

-Led: Así es… saldremos juntos de lo que sea…

-Hyu: Yo… me sentí muy feliz cuando me defendieron… los amo…

Mis sentidos me abandonaron, en una sensación que me fue extrañamente familiar. Las últimas palabras que dijo Hyu resonaron en mi mente, y fueron lo último que escuché…

El silencio absoluto se desvaneció poco a poco, a causa de las voces que me llamaban.

-Nei… Nei…

- …

-¡Nei, Nei!

Abrí los ojos… me encontraba en una habitación completamente congelada, y mi cuerpo se encontraba inmóvil, helado, a punto de congelarse también, y apenas manteniendo un débil pulso cardíaco. Kai me abrazaba mientras Gen se quitaba la camisa que traía para cubrirme con ella. Recuperé el calor sorprendentemente rápido, aunque aun me sentía algo extraña.

-Nei: Ah…

-Kai: ¡Nei! Despertaste… despertaste… tenía mucho miedo… Nei…

-Nei: ¿D-Dónde… dónde estamos…?

-Gen: Estamos en el edificio que decían que estaba maldito… ¿No recuerdas cómo llegaste aquí?

-Nei: Yo… de pronto desperté aquí… y luego…

Miré frente a mí un contenedor de metal con un cristal en la parte superior, como para que una persona mirara desde adentro. En ese momento recordé lo que había visto en el sueño que acababa de tener y me alteré mucho.

-Nei: ¡Hermanos!

-Gen: ¿Qué pasa?

-Nei: No… no… Hyu… Led…

-Kai: Nei… ¿de qué estás hablando? ¿Te sientes bien?

Miré a Kai y luego a Gen a los ojos. Lo que había visto no era sólo un sueño, y estaba convencida de ello.

-Nei: Escuchen… hay más como nosotros… tenemos que ir a buscarlos… y creo que puedo llevarnos…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
.